Wednesday, October 20, 2010

Contínuo ataque frontal de los grupos antiarmas a la Segunda Enmienda

La Segunda Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos sigue bajo ataque en Puerto Rico

Editorial de El Nuevo Día
20 de octubre de 2010

SIN TREGUA CONTRA LAS ARMAS DE FUEGO
http://www.elnuevodia.com/columna-sintreguacontralasarmasdefuego-801626.html
www.endi.com

No es una creencia falsa el afirmar que los ciudadanos decentes y honestos deben armarse para aportar a un sentimiento de seguridad dada la rampante ola criminal que se vive en nuestra isla. A lo largo de los años, el tema de la criminalidad ha sido esbozado como argumento político para ganar comisios electorales, sin embargo, luego de concluídos los mismos, el pueblo se percata una y otra vez que no existe la capacidad de las autoridades para controlar y de cierta forma idealista, erradicar el crimen.

El Periódico El Nuevo Día y quien tiene a bien redactar el editorial se equivoca cuando denomina el derecho a tener y portar armas como una trágica equivocación dentro del marco de una sociedad civilizada. La civilización como la conocemos hoy día tiene entre sus bases a antiguas civilizaciones que datan algunas de mucho mas de cuatro o cinco mil años y evidencia lo siguiente: el ser humano sigue siendo el mismo, con las mismas malas costumbres en algunos casos, con los mismos sentimientos de avaricia, poder y riqueza, con el afán de dominio y con cierto gusto por lo prohibido y las ganancias mal habidas a costa del trabajo de sus pares. El delincuente vulgar, que no se conforma en robar bienes materiales, sino que también le arrebata la vida a sus indefensas víctimas no ha podido ser erradicado, aún con medios crueles de castigo y ningún sistema de gobierno jamás ha podido garantizarle la seguridad a sus ciudadanos. Es entonces que la responsabilidad del hombre para aportar a la autopreservación de su vida entra en escena no como un derecho establecido por los gobiernos, sino como una urgente necesidad natural ante la imposibilidad del gobierno de garantizarle el derecho a la vida y la propiedad, entre otros.

En Puerto Rico, territorio donde la Constitución de los Estados de América y su Carta de Derechos rige por sobre la constitución local, los ciudadanos americanos de la isla cada vez recurren a adiestrarse en el uso y manejo de armas de fuego debido, precisamente a la desconfianza y la poca fe que se le tiene a las estructuras de seguridad y justicia del Estado. Está mas que probado por los anales de la historia y por los propios archivos del Periódico El Nuevo Día, que ninguna administración, lo mismo bajo el sistema colonial español que bajo el cochino sistema inmundo e inmoral del actual status colonial, ha podido combatir efectivamente el embate de la criminalidad sobre la población aún cuando una sustancial tajada del presupuesto local sumado a las ayudas del gobierno federal es destinada a los agencias del orden público. Según aumentan los crímenes violentos en contra del ciudadano decente y honesto, así aumenta la fuerza policial. Sería ridículo entonces pensar que aún con el establecimiento de un estado policial, los malditos criminales dejarían de existir.

Actualmente en nuestra isla no existe industria alguna de fabricación de armas y aún el trasiego de drogas ilegales depende de una industria de contrabando basada en la importación. Entonces llega ante nuestra consideración la inefectividad de las agencias estatales y las federales (en mayor medida) en los asuntos que tienen que ver con la intervención e interceptación de los que infiltran armas ilegales atraves de diversos medios desde los puertos y el correo hasta la mas común de las playas de nuestra isla.

Sin embargo, vemos año tras año a los medios noticiosos aportando y apoyando las falsas aseveraciones y convicciones basadas en información tergiversada de los grupos antiarmas infiltrados en el gobierno y nunca presentan las dos caras de la moneda, pues jamás presentan en sus titulares las ocasiones en las que las armas de fuego han salvado la vida de gente inocente ante el ataque inmisericorde de un criminal. Mas peligroso resulta el que aporten a que el aparato gubernamental continúe legislando en contra del ciudadano decente y honesto que cobijado bajo la sagrada Carta de Derechos decide tomar acción para tener la oportunidad de combatir por su vida mediante el adiestramiento en el uso y manejo responsable de armas en el momento en el que cuando los segundos cuentan, los agentes del orden público se encuentran a minutos de distancia. Este tipo de legislación, apoyada por opiniones vagas y sin sustancia, faltas de todo argumento firme y veraz, basada en siempre lo que dijo otro, en nada aporta a que el índice de criminalidad baje, sino que le abre las puertas para que el delincuente vulgar, el vago que no produce nada pero ama la buena vida, el antisocial enemigo de la ley y el orden tenga luz verde para hacer mano de las pertenencias ajenas y de la vida de sus víctimas.

Sigue siendo preocupante la siguiente verdad: vivimos en una sociedad en la que la hipocresía pretende imponer las pautas al ciudadano decente armado. Muy posiblemente, estos que hoy publican un editorial tienen a la mano los recursos que el ciudadano común no posee: la posibilidad de pagar por seguridad personal. Pero, como suele ocurrir con quien solicita estos servicios, lo mas probable es que exigen que sus guardaespaldas estén armados ante la posibilidad de ser interceptados por un maldito antisocial armado ilegalmente, presto para quitarle incluso su vida... Such is life!!!

PR Armed Citizen


Tuesday, October 19, 2010

Carta del Dr. Jenaro A. Fernández

Carta del Dr. Jenaro A. Fernández
Isabela, Puerto Rico

Periódico El Nuevo Día
Sección de Cartas
19 de octubre de 2010


REACCIONO AL artículo “Aumentan las solicitudes de armas de fuego", publicado el lunes 18 de octubre en El Nuevo Día.

El aumento en las armas de fuego legales poco tiene que ver con el aumento en las ilegales, ya que la Policía de Puerto Rico tiene un buen mecanismo de control e identificación de ventas y adquisición por parte de los ciudadanos modelos. El problema está en los robos de estas armas y el esclarecimiento de estos casos.

Para evitar esas desgracias que menciona el criminólogo Salvador Santiago, existen mucho tipos de entrenamientos para defensa, inclusive por instructores de uso y manejo de la Policía, que permiten al ciudadano aumentar su responsabilidad de poseedor y/o portador de forma más segura.

No hay que vivir en áreas de alta incidencia criminal para ser una víctima. En Puerto Rico el crimen nos rodea 100 X 35. Por tal razón, las personas se preparan para no ser una estadística más.

Las estadísticas del FBI (Federal Bureau of Investigation) demuestran que en Estados Unidos, del 1991 al presente, ha habido un aumento en el número de armas para uso de defensa, tiro y cacería incluyendo 337,000 AR-15 y, a su vez, los crímenes violentos disminuyeron en un seis por ciento.

Por último, la determinación del Tribunal Supremo sobre la Segunda Enmienda de la Constitución, mencionada en el artículo, se refiere al caso McDonald vs. City of Chicago. La misma no trae muchos cambios a la Isla ya que en Puerto Rico se le permite a los ciudadanos la compra y uso de las armas bajo unas normas, reglamentos y leyes.

En la ciudad de Chicago se le impuso una ordenanza a los ciudadanos donde estaba totalmente prohibida la venta y adquisición de cualquier tipo de armas por cualquier ciudadano. Esto a su vez produjo un aumento en los crímenes Tipo 1 en la ciudad. Esto no es nuevo, había ocurrido antes en el caso District of Columbia vs. Heller.

Así que mientras más ciudadanos decentes armados tengamos, podría haber menos víctimas.

Wednesday, October 13, 2010

Cita de Erik Lawrence

"Quien escoja el tener y portar un arma para protección personal tiene que estar dispuesto a vivir su vida bajo un estándar legal, moral y ético superior al del ciudadano común y corriente.‌"

Erik Lawrence

Friday, October 8, 2010


SHOOTERSPR.com
by
Luis Vázquez, Administrador


Tu Página Oficial del Deporte del Tiro, Ley de Armas y Arqueria del Caribe

Excelente página administrada por Luis Vázquez y fuente de información actualizada acerca de los esfuerzos contundentes que realizan los defensores del derecho a tener y portar armas garantizado por la Segunda Enmienda.

PR Armed Citizen

Monday, October 4, 2010

Vivir con un revólver en la sien...

Vivir con un revólver en la sien...
Benjamín Torres Gotay
btorres@elnuevodia.com

http://www.elnuevodia.com/vivirconunrevolverenlasien-791199.html

La presente carta le fué enviada en reacción a la columna publicada el pasado domingo, 3 de octubre de 2010 en el periódico El Nuevo Día de San Juan, Puerto Rico...

Leí su columna del pasado domingo, 3 de octubre de 2010 titulada Vivir con un revólver en la sien, publicada en el periódico El Nuevo Día. Ya han sido varios los artículos relacionados con las armas publicados en los periódicos del país y la suya me ha motivado a enviarle una reacción. No estoy del todo de acuerdo con lo que expresa en la misma, aunque concuerdo en algunos puntos con usted.

Hace muchos años fuí miembro del Cuerpo de Infantes de Marina de los Estados Unidos y pertenecí a esta rama militar por convicción y no por necesidad. Soy fiel creyente y defensor de la Constitución de los Estados Unidos y de la Carta de Derechos, por lo que creo entonces en lo que establece la Segunda Enmienda a la Constitución que dice "Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado Libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas." Este es el mismo derecho que en 2008 y mas recientemente, el pasado 28 de junio de 2010 fué interpretado y declarado por la Corte Suprema de los Estados Unidos como un derecho de carácter fundamental e individual del ciudadano americano. En el caso de Puerto Rico, siendo un territorio de EEUU, la Carta de Derechos en efecto desde hace 219 años cobija a los ciudadanos americanos que aquí vivimos. Independientemente de la opinión de cualquier persona, poseemos ese derecho fundamental y es la ley.

Creo que todo hombre tiene el derecho por nacimiento a proteger su vida y la vida de sus seres amados ante cualquier amenaza y por tal razón poseo un permiso del estado que me permite tener y portar armas. Creo en la ley y en el orden y para obtener mi autorización pasé por un proceso largo, difícil y tedioso, pues el estado insiste en criminalizar al ciudadano decente y honesto que decide cobijarse bajo este derecho fundamental. Cada ciudadano que posee un arma legal tiene ya su ficha en los registros de la Policía de Puerto Rico y está tan detalladamente identificado que a la menor provocación, tiene a los agentes del orden público allanándole el hogar.

Soy un hombre de paz que le serví a la nación de la manera mas difícil y actualmente le sirvo a mi pueblo con amor y dedicación. Tener un arma de fuego no me ha hecho mas hombre que nadie, pero claramente estoy dispuesto a defender mi vida y la de los míos ante el nivel de delincuencia en el que vivimos. Vivimos en un país en el que los antihéroes y la delincuencia es exaltada en los medios y se le da una exposición desproporcionada a los actos de los delincuentes y se le brinda foro a la injusticia. La cantidad de delincuentes es impresionante: están prestos a no solo quitarle al hombre decente el fruto de su trabajo, sino hasta la vida.

Es menester que separemos lo que es el uso de un arma con fines lícitos y lo que es el uso de armas ilegales por personas que por bandoleros y delincuentes han perdido su derecho. Cada vez que hay un incidente con armas de fuego, la inmensa mayoría de las veces son armas ilegales. La prensa le ofrece una cobertura tal, que ya el poseer un arma para propósitos ilegales es visto como bueno y deseable por sectores de nuestra sociedad, al punto que hasta en lo que llaman reggaetón los gatilleros son exaltados a lo mas sublime por quienes son llamados los exponentes del género.

Llevo bregando con armas de fuego por muchos años y durante este tiempo, no ha faltado alguien que venga a hacerle la vida de cuadros a uno. Entonces, ante la responsabilidad que tengo al portar un arma, me veo aún mucho mas motivado a resolver cualquier desavenencia con cualquiera en la calle con mucha mas paciencia y diplomacia incluso que los que se expresan en contra de las armas. Si esto fuese de otra manera, ya estaría en la cárcel y por mi experiencia es que de momento no creo en el caos que auguran los desconocedores del derecho a tener y portar armas que podría ocurrir si se liberasen las leyes actuales. De hecho, ya las armas ilegales se encuentran en la calle y no vislumbro que desaparezcan debido a que a mucha gente le gusta la ilegalidad y amenazan con sus malas costumbres al hombre bueno que día a día sale de sol a sol a ganarse el pan que le llevará a los suyos. Ya las armas ilegales están prohibidas y la ley actual, una de las mas estrictas de la nación, no ha podido hacer nada para detener a los delincuentes. Ocurre lo mismo con las leyes que prohíben manejar en estado de embriaguez: hoy hay mas conductores ebrios en las calles que antes y ciertamente mucha gente ha perdido su vida a causa de estos irresponsables y ni han prohibido el alcohol ni tampoco los vehículos de motor que tantas vidas se han llevado desde el día en que fueron inventados.

El problema de las armas ilegales no radica en el ciudadano decente y honesto que las posee: radica en el delincuente al que le importa un bledo las leyes, que es enemigo del orden y del modo de vida de paz y tranquilidad que deseamos todos. Mientras haya gente que cree tener el derecho y la prerrogativa de escoger las leyes que desea cumplir y las que no, este problema continuará en alza. Así mismo, mientras existan pseudopacifistas que crean que pueden renunciar a los derechos que le cobijan al ciudadano decente y honesto, continuaremos en una lucha de opiniones sin poder vislumbrar su fin, debido a que yo, en mi carácter personal, no le pienso entregar mis derechos a nadie, según no pretendo tampoco imponerle a ningún ser humano mis criterios y opiniones.